Hoy esto acá, pegado a una pantalla parando un rato. Dándome cuenta que solo me quedan 2 semanas mas para que este paréntesis se acabe. Volvemos a la realidad, y esta aventura e intensivo de Carrera de la Vida que me metí se está acabando.
El otro día analizaba con una amiga brasileña que New York es el personaje principal de nuestras secuencias. Todos nosotros viajamos miles de Km de todas partes del mundo para un fin, académico en este caso. Pero con un fin, que siempre tiene implícito un escape, ninguna está acá solamente para aprender, todos estamos acá porque de alguna forma necesitábamos escapar de nuestra realidad un rato, todos necesitábamos aprender, todos necesitábamos equivocarnos, todos necesitábamos venir acá para darnos cuenta que lo que tenemos hay que valorarlo o todo lo contrario, para darnos cuenta que nuestra realidad es una estúpida realidad que no queremos seguir afrontando y quizás aquí está lo que necesitamos. Todos llegamos con nada y nos vamos con mucho. Todos viajamos hasta acá para equivocarnos y experimentar con nosotros mismos, hasta donde llegaba nuestra tolerancia, hasta cuando podíamos soportar, cuantos días podían pasar antes de pegarnos nuestra primera llorada con ganas, cuanto tiempo pasaría hasta que echáramos de menos a esa persona. Llegamos acá y necesitábamos vivir cosas nuevas y lo mas probable es que lo hicimos, lo hice, lo haré. Peleamos, nos enojamos, odiamos a alguien, amamos a alguien, admiramos, lloramos, nos reímos, aprendimos, nos emocionamos, nos sorprendimos, nos caímos y nos paramos de vuelta. Teníamos que experimentar, teníamos que sentir. Pero después de un tiempo, ya está. Eso era y hay que volver.
Quizás la cague en mas de una ocasión, pero de seguro aprendí después. Aprendí que nunca se trato de nosotros, que nunca se trató de mi. La ciudad es la protagonista, tenemos que venir acá, vivir, cagarla y aprender, y luego de la lección, es hora de volver casa. Todas esas emociones que vivimos en esa banca al lado de los juegos en Union Square, todos esos bares en donde nos emborrachamos, todas esos "Walk of Shame" al otro día después del carrete, todo eso había que vivirlo. Y luego hay que partir, porque esto no se trata de nosotros, se trata de la ciudad. La vivimos y nos vamos, para dejar espacio a otros pelotudos redundantes de errores que aprendan, que vengan, pasenlo por lo mismo, lloren y aprenden. Aquí nadie te enseña, nadie te ayuda. Llegas solo, te caes solo, te paras solo, lloras solo y aprendes solo. Nunca esto fue sobre mi, sobre nosotros. Siempre fue sobre la ciudad. Es ella la que se queda, es ella la que se encarga de nublarle el juicio a nuevos y turistas, a quienes creen que todo es posible. Aquí todo es posible si lo crees. Pero luego que descubres el secreto tienes que irte y dejarle el espacio a otros.
Nosotros llegamos, aprendimos y nos vamos. Y así el circulo seguirá, será un loop constante de cagazos y aprendizajes. Pero si no estamos para cagarla, para que estamos acá?
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